sábado, 18 de noviembre de 2006

Identidad

Un hombre como cualquier otro, despertó en la mañana y al igual que muchos de nosotros, se dirigió al baño a enfrentarse al espejo; el mas duro juez con el cual nunca podemos ganar. Ese que nunca miente, parecía extraño el día de hoy; Aquel hombre al enfrentar sus ojos frente a esa superficie destellante, notó que al verse, no se reconoció, su mente incrédula daba vueltas, por un momento se sintió desvanecer; Recobro sus fuerzas y sin saber porque razón, las lagrimas empezaron a brotar, sus mejillas se empaparon…y de repente; recordó-“Hijo, algún día tu serás como yo”.

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